Cuando entré en la consulta se me encogió el estómago. No solo porque me impresionó muchísimo ver a mi médico consumido por esta maldita enfermedad, sino porque me recibió con un: “qué bien que vienes acompañada porque no tengo muy buenas noticias” WHAT? De repente mi ritmo cardíaco se había disparado y una presión se había apoderado de mi pecho. El pobrecito mío titubeando por el cariño que me tenía después de tantos años, sin decirme claramente la palabra cáncer o tumor, disparó palabras del tipo quimio, radio, cirugía…
Mi cabeza había salido de esa sala. No recuerdo nada más que la sensación de ser la espectadora de una película en la que por supuesto yo no era la protagonista. Repentinamente volví ahí por una sensación de mis manos fuertemente apretadas por ellas y la voz incrédula de Mirari preguntando: “pero Doctor, qué nos está diciendo!?!?!?!?!?!?”
Él siguió con su discurso de que era necesario hacer más pruebas y comentando que como él no estaba en condiciones en ese momento, me derivaba a un amigo suyo, el Dr. Sainz de la Cuesta de la Clínica Quirón Salud de Pozuelo.
La losa pesada con la que salimos de ahí solo nos permitió sentarnos en la terraza de abajo. Intentamos bebernos una coca cola light y procesar el estado de shock en el que nos encontrábamos. Llamé a Dani por teléfono para contárselo. ¿Qué cómo fue dar una noticia así por teléfono? Pues solo recuerdo mi voz ahogada y un intento de temple tan irreal como incómodo. Otro más en shock. Otra persona a la que hago daño con esto. Es tan dura esta parte. Es tan difícil hacer daño a los que quieres… Por mucho que no sea tu culpa ni esté en tu mano, es muy doloroso dar una noticia así a un ser querido.
Ese mismo día, avisé a mi jefe (que también sabía que estaba esperando resultados) y no volví a aparecer por la oficina hasta un año y medio más tarde. Necesité ese tiempo para mí, para afrontar lo que me estaba pasando y sacar las garras para lo que me enfrentaba. Necesitaba ponerme el traje de guerrera para dar mi todo y no podía tener distracción. Tenía un foco, un objetivo claro. Yo, quería seguir viviendo.
Pero… ¿Y cómo consigo yo esto?
Hasta aquí por hoy y hasta la próxima muy #cabezotas, seguimos caminando.
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